Un buen funcionamiento del sistema gastrointestinal es fundamental para una buena salud.
Actualmente hay mucha atención centrada en la “salud intestinal” en la comunidad científica. De hecho, Hipócrates: el padre de la medicina moderna a menudo es citado diciendo: “usted es tan saludable como su digestión” y “todas las enfermedades comienzan en el intestino”. Aún más impresionante es la antigua sabiduría del Ayurveda que ha declarado este mismo concepto hace miles de años.
“No somos lo que comemos, somos lo que digerimos. Y no solo se digieren los alimentos sino también cómo nos sentimos al rededor del espacio.”
He sacado ideas positivas de este confinamiento, que me gustaría compartir con vosotros. Sobre todo, acerca de la alimentación y la salud mental. Tengo clientes que han venido a mí estos días y me dicen que han subido o bajado 10 kilos. Y me a dado por investigar el impacto que tiene nuestra salud mental y situación de vida en cómo nos alimentamos.
El camino hacia una alimentación consciente
Primero me gustaría deciros que NO sólo comemos el alimento que nos estamos llevando a la boca, también nos alimentamos de las cosas que suceden alrededor de esa comida. ¿No te ha pasado alguna vez que estás disfrutando de la comida y escuchas una mala noticia en la televisión, o ves o hueles algo desagradable, o simplemente viene una persona con la que no tienes muy buenas vibraciones y sientes como que “se te para” el estómago o que después, esa comida no te ha sentado tan bien? Es muy importante reconocer que cuando comemos, lo hacemos con los cinco sentidos. Disfrutamos de los olores, la compañía, los sabores, los colores y del paisaje que tenemos alrededor. Y también estamos acompañados de nuestro estado mental. Es decir, si estamos alegres, nerviosos, agitados, calmados, estresados, con prisas…

Cuando decidimos llevar una alimentación sana y consciente, no solo tenemos que darle importancia de qué nos alimentamos, sino cómo lo hacemos y porqué.
- Qué tipo de alimento
- Tu fuego digestivo
- Tu digestión mental
Es por eso, que te quiero dar unas ideas básicas sobre alimentación consciente para que tú las pienses y las apliques en la medida necesaria a tu situación.
QUÉ TIPO DE ALIMENTO

· Primero, hay que reconocer que nos alimentamos para nutrirnos, para recuperar energía. Si te sientes cansado o cansada, dale a tu cuerpo lo que necesita. Tu cuerpo necesita energía, nutrientes, vitaminas. Los alimentos que te van a dar más energía y te van a equilibrar son los alimentos menos procesados posibles (verduras, fruta, legumbres…) De lo contrario, con los alimentos procesados tu cuerpo va a tener que trabajar más para sacarle la energía y seguramente al rato te sientas más pesado e irónicamente con menos energía (Queso, carne, pan, bollería, pizza, kebab…)
Cuida a tu cuerpo con comida sana, y despégate de ese “estoy cansado, voy a pedir pizza”. Intenta que tu comida sea recién preparada, nutritiva y apetitosa. Dale a tu cuerpo lo que realmente necesita y cuídalo (cuídate) con amor.
“Todos los trastornos alimentarios son trastornos de amor”
· Atentos a los alimentos altamente adictivos y que generan un poco de ansia y estímulo al comer, como la sal, el azúcar blanco, la harina blanca… por ejemplo, si te haces una tostada de pan integral es poco probable que tengas deseo de comerte más, pero el pan hecho con harina blanca es muy adictivo y seguramente comas más de lo que tu cuerpo necesita.
TU FUEGO DIGESTIVO
· Intenta dejar de 4 a 6 horas entre comidas. Utiliza ese tiempo para explorar lo que sientes, para tomar consciencia de cómo te ha sentado esa comida, ¿Te sientes pesado y te apetece dormir? ¿Te has quedado insatisfecho y estás muy ansioso? Y también para reflexionar en el tipo de día que estás llevando y si tus niveles de agitación o estrés son elevados durante el día o si al contrario tienes una vida sedentaria.

· Come tu comida más grande durante el día cuando el sol está en su apogeo y evita comer demasiado (o evita comer) cuando el sol ya se ha puesto y está totalmente oscuro. Dale al cuerpo al menos 12 horas completas de noche para realizar los aspectos más sutiles de la digestión: limpiar los órganos y permitir que descansen. (Almenos una vez a la semana)
LA DIGESTIÓN MENTAL
· Relájate y disfruta de tus comidas en un ambiente tranquilo y relajante. Apaga la televisión si eso te produce emociones fuertes mientras estás comiendo, para ayudar a tu cuerpo a que tenga una buena digestión y no acumule toxinas (Ama en términos Ayurvédicos)

· ¿Qué está eligiendo lo que comes? ¿Eres tú, tus hábitos o tus sentimientos? Es muy importante saber discernir si realmente tenemos hambre porque necesitamos recuperar energía o queremos alimentarnos porque queremos apaciguar un estado mental a través del sabor. Como, por ejemplo, “estoy triste me apetece algo dulce; estoy ansioso, voy a comer patatas; estoy con amigos y me apetece picar algo; he trabajado duro hoy, me merezco una pizza”
Desde pequeños nos han relacionado la comida basura y procesada con premios y cuidados. ¿Acaso os suena… ‘te has portado bien mamá te va a comprar chuches”? No te premies con comida basura, no seas indulgente con tu cuerpo con hábitos tóxicos.
Tenemos que empezar a mirar todo lo que envuelve nuestras comidas, no solo el alimento que comemos.
Aunque son muy simples, estos principios básicos, si se siguen y se toma consciencia de manera rutinaria, suelen ser suficientes para mejorar la digestión y la salud en general. A menudo son las cosas simples las más efectivas y curiosamente pasadas por alto.
¿Te ha parecido interesante? Espero que te haya hecho reflexionar. Comparte para ayudar a más gente empezar un camino de alimentación más consciente.
En nuestro Salón Vicen Belleza y Salud (Santa Pola), estaremos encantados de recibirte y aconsejarte de forma personalizada.